Todo el carácter de la flota alemana muestra que está
destinada a la acción agresiva y ofensiva más amplia posible, en el mar del
Norte y en el Atlántico norte, acción dirigida, de acuerdo con el memorándum
que acompaña su primer proyecto de ley, contra la potencia naval más fuerte, en
el momento en que no se encuentre, por obligaciones en sus colonias u otro
punto del Imperio, en condiciones de concentrar todas sus fuerzas para responder
al ataque. La estructura de los barcos de guerra alemanes muestra claramente
que están destinados al ataque y a la acción. No son cruceros destinados a
proteger las colonias y un comercio en el mundo entero […] No quiero entrar en
detalles técnicos, pero la posición de los cañones, el armamento, la forma en
que están colocados los lanzatorpedos, todo ello permite decir a los expertos
navales que la idea de una acción repentina y agresiva de dimensiones muy
amplias contra una gran potencia naval moderna constituye indudablemente el
principio rector de la política naval alemana.
Comisión de Defensa
Imperial, sesión número 118, 11 de julio de 1912
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