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miércoles, 12 de agosto de 2015

18 DE BRUMARIO

"Al volver a París, me he encontrado a las autoridades divididas; sólo estaban de acuerdo en que la Constitución estaba destruida y en que no podían salvar la libertad.
Todos los partidos han venido a mí, me han confiado sus planes y me han pedido apoyo. Yo he rechazado ser el hombre de un solo partido. El Consejo de los Ancianos me llamó; yo respondí a su llamada (...). Ellos habían decidido que el cuerpo legislativo se trasladaría a Saint Cloud y me encargaron el mando de la fuerza necesaria para su independencia. Yo me vi obligado -por deber hacia mis conciudadanos- a aceptar aquel encargo (...). Pero dentro del Consejo se habían instalado unos asesinos. Muchos diputados, armados con pistolas y puñales, hacen circular amenazas de muerte (...). Yo manifiesto mi pesar y mi indignación a los Ancianos (...) y los ancianos se unen a mí con nuevos testimonios de su voluntad.
Me presento delante del Consejo, solo, sin armas, con la cabeza descubierta (...). Pero veinte asesinos se lanzan sobre mí; los granaderos del cuerpo legislativo que yo había dejado a la puerta de la sala acuden enseguida y se interponen entre los asesinos y yo (...). Después, el resto de los granaderos entran en la sala y la desalojan (...).
Franceses, conoceréis en esta conducta el celo de un soldado entregado a la República..."

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