Joaquin Costa |
«Los factores que integran esta forma de gobierno... son
tres: 1º Los oligarcas (los llamados primates, prohombres o notables de cada
bando que forman su «plana mayor», residentes ordinariamente en el centro); 2º Los caciques, de primero, segundo o
ulterior grado, diseminados por el territorio; 3º El gobernador civil, que les sirve de
órgano de comunicación y de instrumento. A esto se reduce fundamentalmente todo
el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la Nación.
Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar
clase directora o gobernante, distribuida o encasillada en «partidos»... y no
es sino un cuerpo extraño, como pudiera serio una facción de extranjeros
apoderados por la fuerza de Ministerios, Capitanías, telégrafos, ferrocarriles,
baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos... Si aquellos bandos o
facciones hubiesen formado parte de la Nación, habrían gobernado para ella, no
exclusivamente para sí; habrían cumplido por su parte los deberes que ellos
imponían a la Nación y serían, efectivamente, una clase en relación a otras
clases, componentes con ellas de la colectividad nacional... .
El señor Labra ha observado sobre el suelo de la Península
dos grupos de hombres: «uno que, tranquilo y disfrutando de las comodidades de
un hogar bien dispuesto y acondicionado, decreta la guerra, y otro que la
sostiene a miles de leguas de su familia y en medio de toda clase de
privaciones». ¿Por dónde llamaríamos porción integrante de la Nación y clase
directora a esos que decretan valientemente la guerra y obligan a aquellos a
quienes no permitieron votar a que vayan a la manigua, quedándose ellos en
casa?»
JOAQUÍN COSTA: Oligarquía y caciquismo. Madrid, 1901.
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