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lunes, 27 de julio de 2015

ABDICACIONES DE BAYONA


Mi venerado padre y señor: Para dar a Vuestra Majestad una prueba de mi amor, de mi obediencia y de mi sumisión, y para acceder a los deseos que Vuestra Majestad me ha manifestado reiteradas veces, renuncio mi corona en favor de Vuestra Majestad, deseando que Vuestra Majestad pueda gozarla por muchos años. Recomiendo a Vuestra Majestad las personas que me han servido desde el 19 de marzo.

Fernando VII


Su Majestad el rey Carlos, que no ha tenido en toda su vida otra mira que la felicidad de sus vasallos, constante en la idea de que todos los actos de un soberano deben únicamente dirigirse a este fin [...] ha resuelto ceder, como cede por el presente, todos sus derechos al trono de España y de las Indias a Su Majestad el emperador Napoleón, como el único que, en el estado a que han llegado las cosas, puede restablecer el orden; entendiéndose que dicha cesión sólo ha de tener efecto para hacer gozar a sus vasallos de las condiciones siguientes:
1º. La integridad del reino será mantenida: el príncipe que el emperador Napoleón juzgue debe colocar en el trono de España será independiente y los límites de la España no sufrirán alteración alguna.
2º. La religión católica, apostólica y romana será la única en España. No se tolerará en su territorio religión alguna reformada y mucho menos infiel, según el uso establecido actualmente.

Carlos IV

CARTA DE CARLOS IV A NAPOLEÓN

Señor mi hermano: V.M. sabrá sin duda con pena los sucesos de Aranjuez y sus resultas, y no verá con indiferencia a un rey que, forzado a renunciar la corona, acude a ponerse en los brazos de un gran monarca, aliado suyo, subordinándose totalmente a la disposición del único que puede darle la felicidad, la de toda su familia y de sus fieles vasallos.

Yo no he renunciado en favor de mi hijo sino por la fuerza de las circunstancias. (...) Yo fui forzado a renunciar, pero asegurado con plena confianza en la magnanimidad y el genio del gran hombre que siempre ha mostrado ser amigo mío, yo he tomado la resolución de conformarme con todo lo que este gran hombre quiera disponer de nosotros y de mi suerte, la de la Reina y la del Príncipe de la Paz.

Dirijo a V.M.I. Una protesta contra los sucesos de Aranjuez, y contra mi abdicación. Me entrego y enteramente confío en el corazón y amistad de de V.M.I., su afecto hermano y amigo. Carlos.

Marzo de 1808

ABDICACIÓN DE CARLOS IV


“Como los achaques de que adolezco no me permiten soportar por más tiempo el grave peso del gobierno de mis reinos, y me sea preciso para reparar mi salud gozar en clima más templado de la tranquilidad de la vida privada; he determinado, después de la mas seria deliberación, abdicar mi corona en mi heredero y mi muy caro hijo el Príncipe de Asturias. Por tanto es mi real voluntad que sea reconocido y obedecido como Rey y Señor natural de todos mis reinos y dominios. Y para que este mi real decreto de libre y espontánea abdicación tenga su exacto y debido cumplimiento, lo comunicaréis al consejo y demás a quienes corresponda.

Dado en Aranjuez, a 19 de marzo de 1808.-Yo, el Rey.- A don Pedro Cevallos”.

CARLOS IV EXPLICA A LOS ESPAÑOLES LA ENTRADA DEL EJÉRCITO FRANCÉS

Amados vasallos míos: Vuestra noble agitación en estas circunstancias es un nuevo testimonio que me asegura de los sentimientos de vuestro corazón; y Yo, que cual padre tierno os amo, me apresuro a consolaros en la actual angustia que os oprime. Reposad tranquilos: sabed que el ejército de mi caro aliado el Emperador de los franceses atraviesa mi reino con ideas de paz y de amistad. Su objeto es trasladarse a los puntos que amenaza el riesgo de algún desembarco del enemigo; y que la reunión de los cuerpos de mi guardia, ni tiene el objeto de defender mi persona, ni acompañarme en un viaje que la malicia os ha hecho suponer como preciso. Rodeado de la encendrada lealtad de mis vasallos amados, de la cual tengo tan innegables pruebas, ¿qué puedo yo temer? Y cuando la necesidad urgente lo exigiere, ¿podría dudar de las fuerzas que sus pechos generosos me ofrecerán? No: esta urgencia no la verán mis pueblos. Españoles, tranquilizad vuestro espíritu: conducíos como hasta aquí con las tropas del aliado de vuestro buen Rey; y veréis en breves días restablecida la paz de vuestros corazones, y a Mí gozando la que el cielo me dispensa en el seno de mi familia y vuestro amor.

Dado en mi palacio de Aranjuez a 16 de marzo de 1808.-Yo el Rey.-A D. Pedro Cevallos.

Gaceta de Madrid, 25 marzo 1808.

DECLARACIÓN DE NULIDAD DE LAS ABDICACIONES DE BAYONA


Se declaran nulos, de ningún valor ni efecto los derechos de abdicación y cesión de la corona de España, firmados en Francia por los Señores Reyes D. Fernando VII y D. Carlos IV, los dados a su consecuencia por este Monarca, por el Emperador de los franceses y por su hermano Josef, inclusa la constitución firmada para esta monarquía en Bayona con fecha 7 de julio próximo; la que se recogerá por los tribunales, corregidores y justicias del reino, remitiendo sus ejemplares al Consejo para las demás providencias correspondientes. Igualmente se declaran nulos los tratados que se enuncia en dichos decretos haberse celebrado en Francia por los Sres. D. Carlos IV y D. Fernando VII, los Serenísimos Señores Infantes D. Carlos y D. Antonio, y cuanto se ha ejecutado por el Gobierno intruso en estos reinos, así por la violencia con que en todo se ha procedido, como por la falta de autoridad legítima para disponerlo. Y para que conste a todos expídase la circular correspondiente; en la cual se prevendrá también que en los libros de ayuntamiento se copie este auto, tildándose* el asiento de proclamación de Josef I.


(Auto del Consejo pleno de Castilla. Gaceta de Madrid, 19 agosto 1808)

jueves, 23 de julio de 2015

LA IBERIA PREHISTÓRICA

José Luis Arsuaga es un paleoantropóplogo español.

“Decía Rainer Maria Rilke que la infancia es la patria del hombre. De ahí venimos y ahí permanecemos un poco para siempre. Es verdad. Pero también es cierto que la patria de todo ser humano es la Prehistoria. También venimos de ahí, porque somos en gran medida lo que hemos sido a lo largo del dilatado proceso evolutivo que empezó hace más de 3.500 millones de años. Mucho más recientemente aparecieron los primeros homínidos, en África hace unos siete millones de años, y hace “tan sólo” unos 180.000 años nos parió la Tierra, también en África, a los humanos actuales, los orgullosos y a veces insensatos miembros de la especie “Homo sapiens”.
A los primeros homínidos africanos difícilmente podemos calificarlos de humanos, aunque sean antepasados nuestros, porque no tenían muchos de los atributos que nos distinguen de los demás primates y nos hacen únicos. Ni siquiera cuando se pusieron de pie, hace quizás seis millones de años, eran radicalmente diferentes de nuestros parientes los chimpancés. Vivían como ellos en los bosques y se alimentaban de frutos maduros y de hojas y tallos tiernos. Eran todavía una rama más del árbol de los grandes monos.
Hubo, más adelante, grandes cambios en la geografía y en el clima de África que afectaron también a nuestros antepasados, que se fueron adaptando a nuevos ambientes, más abiertos, y a nuevos recursos. Con el tiempo su cerebro creció, incorporaron la carne a la alimentación, y aprendieron a tallar la piedra para sustituir con la tecnología lo que les negaba su morfología: la capacidad para machacar y rasgar. Estos homínidos eran de talla pequeña, comparada con la nuestra. No alcanzaban mucha más altura que los chimpancés puestos de pie.
Finalmente, los homínidos, hace cerca de dos millones de años, ya tenían un aspecto y una estatura que nos harían exclamar si los viéramos: ¡humanos! Fueron ellos los que salieron de África para poblar, por primera vez, Europa. Y aquí comienza nuestro viaje a la Iberia más profunda, la de los padres de los padres de nuestros padres.
Nos hemos acostumbrado a un hecho que, si bien se mira, es prodigioso. Resulta que la Tierra tiene memoria, que conserva recuerdos de los acontecimientos que se han producido en ella desde que se formó, de los cambios que han afectado a sus rocas, a su relieve y a los seres vivos que la han habitado a lo largo de la inmensidad del tiempo geológico. A sus paisajes, en definitiva. Y es en esos archivos donde los prehistoriadores -paleontólogos y arqueólogos-, buscamos los rastros de nuestros predecesores. Afortunadamente, la memoria de la Península Ibérica es larga y extraordinariamente completa. Los prehistoriadores españoles somos muy afortunados.
Los primeros indicios de presencia humana en nuestro solar vienen del sur, de Granada, más concretamente de la comarca de Orce, donde en un par de yacimientos se han excavado utensilios de piedra de 1,3 millones de años de antigüedad. La cuenca de Guadix-Baza, a la que pertenecen estos yacimientos, es riquísima en vestigios arqueológicos y paleontológicos, pero además el campo es de una impresionante belleza, áspera y desolada, que tiene mucho de salvaje y de ancestral. Merece la pena, desde luego, recorrer y sentir estos paisajes.
Es posible que hubiera humanos antes de 1,3 millones de años en la Península, porque en el yacimiento de Dmanisi, al sur del Caúcaso, en Georgia, se han recuperado unos cráneos espléndidos de hace 1.800.000 años. Estos fósiles son de unos humanos muy arcaicos, para los que se ha creado la nueva especie “Homo georgicus”. Tal vez el Homo georgicus llegara hasta nuestras tierras, aunque no es, ni mucho menos, seguro.
Pero donde sí podemos encontrarnos cara a cara con europeos muy antiguos es en el yacimiento de la Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca. Este hallazgo nos mantiene en vilo desde el año 1994, cuando un pequeño sondeo nos llevó hasta el nivel 6 de la estratigrafía de la cueva. Allí aparecieron los restos óseos de media docena de personas, muy fragmentados y con marcas de corte. Dos niños, un preadolescente, un adolescente y dos adultos muy jóvenes habían sido consumidos en ese lugar por otros humanos. No hay, en principio, razones para creer que se tratara de un canibalismo de tipo ritual. Si no pensamos que los ciervos y caballos que aparecen mezclados con los fósiles humanos en el yacimiento fueran consumidos ritualmente, tampoco hay por qué pensarlo de los humanos.
Para estos primeros restos europeos se ha creado la especie “Homo antecessor”. Aún no sabemos mucho de ella, porque la mayor parte del yacimiento está por excavar, pero tiene rasgos mucho más modernos que los del “Homo georgicus”. O sea, son mucho más parecidos a nosotros que los fósiles georgianos, y no es de extrañar porque entre unos y otros habían transcurrido 800.000 años de evolución. Me he atrevido antes a llamar personas a los homínidos de la Gran Dolina y ahora quisiera extenderme un poco más sobre el tema. Físicamente, es decir “por fuera”, se parecían indudablemente mucho más a nosotros que a los chimpancés. Pero no todos los expertos admitirían sin más que cuanto más parecido sea a nosotros un homínido fósil “por fuera”, más lo será “por dentro”. Y me estoy refiriendo a sus capacidades mentales.
Los humanos de la especie “Homo sapiens” nos diferenciamos mucho de los demás animales en la mente, por utilizar un término que entiende todo el mundo. Tenemos ciertas capacidades cognitivas que no se encuentran en absoluto, o apenas están desarrolladas, incluso en nuestros parientes más cercanos. Para empezar somos conscientes de nuestra propia existencia, y de la existencia de los demás. Y también sabemos que los demás tienen una mente como la nuestra, e intentamos leerla para anticiparnos a sus actos, o para que se adhieran a nuestros proyectos, o simplemente para engañarlos. Además podemos imaginarnos el futuro, o los posibles futuros, e intentar planificar nuestra vida a largo plazo. A veces las cosas no salen como habíamos imaginado, pero al menos tratamos de evitar futuros indeseables y ponemos los medios para que no ocurran. Nuestra mente es, además, capaz de crear símbolos, a través de los cuales nos comunicamos. Es a eso a lo que llamamos lenguaje humano. Y además tenemos una infancia muy larga, que supone un prolongado periodo de aprendizaje, nos organizamos en grupos en los que todos los individuos cooperan entre sí, y somos capaces de fabricar instrumentos muy complicados.
Nos gustaría mucho a los prehistoriadores saber cuándo surgieron estas facultades en la evolución humana, pero es mucho más fácil reconstruir a las especies fósiles “por fuera” que “por dentro”. La “Paleontología Cognitiva” es una disciplina con muchos problemas.
Hay, afortunadamente, un yacimiento en la Sierra de Atapuerca que nos puede ayudar en esa investigación acerca de la evolución de las capacidades cognitivas. Se llama la Sima de los Huesos, y contiene los esqueletos completos de una treintena de humanos, que van siendo recuperados poco a poco. Su antigüedad ha sido establecida en unos 400.000 años y la especie a la que pertenecen se llama “Homo heidelbergensis”. Eran unos humanos terriblemente fuertes, mucho más que nosotros; más anchos y más musculosos. Algunos tienen señales de haber recibido golpes fuertes en la cabeza, pero prácticamente no hay huesos del cuerpo con fracturas curadas; es decir, que se rompieran en vida y que luego se soldaran. Como no es posible imaginar que nadie se partiera jamás un brazo, una pierna o la cadera, hay que deducir más bien que no sobrevivían a esos traumatismos graves. Debían de ser poblaciones muy móviles y sometidas a pruebas muy duras, que raramente superarían los que se accidentaran gravemente.
El cerebro de los humanos de la Sima se acercaba ya en tamaño al nuestro, aunque todavía la media era más baja. Como además pesaban más que nosotros, su cerebro resultaba claramente inferior en proporción. No serían por tanto mentalmente como nosotros, pero ¿podemos llamarlos ya personas? Quizás la respuesta se encuentre en el propio yacimiento, porque pensamos que los cadáveres los depositaron en aquel oscuro rincón de la Cueva Mayor otros humanos como ellos. Se trataría así de una práctica funeraria, que posiblemente esté conectada a alguna idea o creencia compartida por todo el grupo. Junto con los cadáveres se ha encontrado una extraña y bella hacha de mano de color rojo, que podría interpretarse como una ofrenda.
También pensamos que aquellos humanos eran cooperativos. Esto lo deducimos de las escasas diferencias de tamaño que había entre hombres y mujeres. En los gorilas, por ejemplo, hay grandes diferencias de corpulencia entre los dos sexos, y los machos adultos no se toleran entre sí. Por eso son tan fuertes, porque tienen que combatir unos con otros.
Un aspecto muy importante del estudio de los homínidos fósiles es el del lugar que éstos ocupaban en sus ecosistemas. Lo que hoy se llama el nicho ecológico. ¿Era la población de la Sima básicamente recolectora de frutos y otros productos vegetales, y un poco carroñera? ¿O eran, además de recolectores y carroñeros, cazadores poderosos capaces de abatir grandes presas? ¿Competían en igualdad de condiciones con el lobo, la hiena y el león, los otros grandes depredadores sociales de la época?
Hay un espléndido paraje soriano, cerca de Medinaceli, donde se han producido importantes batallas científicas por esta cuestión de la economía de los hombres prehistóricos más antiguos. En los yacimientos de Torralba y Ambrona se han encontrado muchos esqueletos de los grandes elefantes de defensas rectas. Su antigüedad es un poco inferior a la de la Sima de los Huesos, pero el tipo humano que poblaba entonces la meseta era básicamente el mismo. Algunos autores han creído que en aquellos páramos sorianos, entonces tierras pantanosas, los humanos organizaban grandes cacerías de proboscidios. Es ésta posiblemente una visión demasiado optimista de las capacidades cinegéticas de los hombres prehistóricos, e incluso de los cazadores modernos antes de las armas de fuego.
Pero que humanos como los de la Sima de los Huesos no dieran batidas de elefantes no los convierte, a mi juicio, en los más humildes de los carroñeros, porque tampoco los leones cazan elefantes en la plenitud de su vigor. Yo pienso que aquellos humanos eran muy poderosos físicamente, disponían de largas lanzas de puntas muy agudas, eran listos y estaban bien organizados. Se encontrarían por lo tanto en lo más alto de la pirámide ecológica, con la ventaja adicional sobre los carnívoros estrictos de que también sabrían aprovechar los frutos que deparan nuestros bosques a finales del verano y en el otoño. En todo caso, hay que ir a Ambrona a ver esos esqueletos de elefante y a sentir el viento de la paramera en la cara.
Los humanos que vienen después en este paseo por la Iberia más profunda son los neandertales. Siempre aclaro que no son unos humanos antiguos, o por lo menos no más antiguos que nosotros, porque se originaron más o menos a la vez. Solo que ellos lo hicieron en Europa y nosotros en África. Hace 150.000 años ya podemos hablar de “Homo neanderthalensis” y de “Homo sapiens” como dos especies que coexistían, pero que aún no convivían. El registro paleontológico y arqueológico de los neandertales de la Península Ibérica es muy importante. Hay fósiles en las cuevas de El Sidrón (Asturias), en Cova Negra (Valencia), en Zafarraya (Málaga), en La Carihuela (Granada) y en muchos sitios más. Los últimos neandertales desaparecieron hace unos 30.000 años, quizás incluso algo menos, y parece que se extinguieron antes en el norte que en el mundo mediterráneo. El cráneo más completo procede de un yacimiento de Gibraltar, y es uno de los primeros restos que se conocieron de esta especie. Vivían los neandertales gibraltareños muy cerca de la costa, y en ocasiones explotaban los recursos marinos. El paisaje de sus correrías no sería muy diferente al del actual Coto de Doñana, por lo que ya tenemos los aficionados a la Prehistoria una estupenda excusa para visitar este rincón de naturaleza salvaje, tan lleno de vida hoy como pleno de oportunidades para los neandertales en el pasado.
Los neandertales ya no están aquí, y su extinción coincide con la llegada del “Homo sapiens” a Europa. O mejor dicho, se produce en los milenios que siguieron a la llegada de los cromañones (los representantes paleolíticos del “Homo sapiens”) a nuestro continente. Yo creo que la razón por la que ya no hay neandertales es porque nosotros los desplazamos. Eso no quiere decir que hubiera grandes peleas, pero sí que competían por los recursos disponibles en el medio. La competencia entre dos especies es tanto más intensa cuanto más parecidos son sus nichos ecológicos. Por eso precisamente, pienso yo, los cromañones y los neandertales eran incompatibles. No porque sus economías fueran muy diferentes, sino porque coincidían casi en todo.
Está claro que los europeos no descendemos de los neandertales, pero pudo, en principio, haberse dado algún caso de mestizaje si eran genéticamente compatibles (en cuyo caso no serían diferentes especies). En mi opinión, tal cosa no ocurrió nunca o casi nunca.
El capítulo de la convivencia entre neandertales y cromañones en la Península Ibérica es fascinante, pero el que viene luego es deslumbrador. Para empezar el clima se hizo muy frío, despiadadamente frío podríamos decir, y el paisaje cambió completamente. Eran tiempos duros en los que los icebergs se paseaban por nuestros litorales cantábricos y atlánticos. Como había mucha agua congelada en forma de hielo en el planeta, el nivel del mar estaba más de cien metros por debajo del actual, y la línea de costa no coincidía con la presente. Prácticamente desapareció todo el bosque, y nuestros altiplanos se convirtieron en una inmensa estepa barrida por el viento en la que pastaban las manadas de caballos. Los hombres prehistóricos de las tierras del interior peninsular solo verían algunos rodales de pinos y de abedules. También formarían parte de sus vidas las indómitas sabinas. Pero en los valles más bajos y protegidos, y en refugios costeros, se acantonaban los últimos bosques templados y mediterráneos, que repoblarían la Península al terminar la glaciación.
Aquellos dilatados y rudos paisajes esteparios ya no existen, salvo en las altas alcarrias o en las tierras más secas, donde del hombre moderno ha eliminado los árboles. En esos territorios, como diría el jefe Diez Osos, el viento aún vaga libre y nada se interpone en el camino del sol.
Tenemos mudos testigos del frío en los fósiles, en las montañas y en las pinturas rupestres. La Península también guarda memoria de aquella gran glaciación. Confieso que entre las faunas prehistóricas siento debilidad por las especies que indican ambientes muy fríos, porque me transportan a las tierras del Gran Norte, a las tundras y taigas próximas al Polo. Los renos se movieron por el norte de la península, y posiblemente también por la Meseta, pero los mamuts y los rinocerontes lanudos llegaron todavía más abajo. Hay fósiles de los segundos en Madrid, aunque no conocemos su antigüedad, y restos de mamuts al sur de Granada, fechados en 35.000 años, cuando todavía vivían los neandertales. Estos rinocerontes lanudos y mamuts españoles son los más meridionales conocidos en toda Eurasia.
Otro impresionante recuerdo de la última glaciación lo tenemos en las montañas, y en todas las grandes cordilleras de la Península. Son los glaciares, que se extendieron mucho, y cuyas huellas, por ser tan recientes, se conservan muy bien. Amén de que todavía nos quedan, aunque muy reducidos, algunos glaciares “vivos" en los Pirineos. No necesitamos desplazarnos mucho para ver cómo los viejos glaciares modelaron el paisaje, labrando valles como el de Ordesa – o excavando hoyas si eran más modestos-, puliendo las rocas, y acumulando depósitos de piedras llamados morrenas. Gran parte de los españoles tenemos algún buen ejemplo cerca de casa. Los madrileños sólo tienen que acercarse a la Sierra de Guadarrama, sobre todo al sector de Peñalara, para verlos, y si viajan hasta la cercana Sierra de Gredos, la recompensa sería aún mayor.
Y por supuesto, está el arte prehistórico, tanto en forma de pequeñas esculturas e instrumentos decorados de hueso y asta, como en pinturas y grabados, bien en placas de piedra, en cuevas o al aire libre. Aquí tenemos una manifestación del espíritu humano que no se les conoce a los neandertales, y tal vez revele una diferencia sustancial en el tipo de mente. Yo no creo que los neandertales carecieran de capacidad simbólica; sabemos que enterraban a sus muertos y yo les supongo dotados de lenguaje, pero es posible que su imaginación y su creatividad no llegaran tan lejos.
Hay multitud de estaciones de arte rupestre a disposición de los españoles inquietos y curiosos, y debemos acercarnos a ellas y llevar a nuestros hijos a que las conozcan. Cuanto antes. Altamira es por méritos propios la más famosa, pero a mí me han emocionado igualmente otros muchos de estos lugares sagrados. Tantos que renuncio de antemano a hacer una lista de preferencias, entre otras cosas porque cuenta, y de qué manera, la actitud con la que uno se acerca al arte prehistórico, como a cualquier otra manifestación artística, y el estado de ánimo no siempre es el mismo. Pero puedo asegurar que todas las rocas pintadas y grabadas que he visto en mi vida han dejado en mí una huella imborrable.
Entre las estaciones al aire libre, es imprescindible visitar los conjuntos de Foz Côa, en Portugal, y Siega Verde en Salamanca. Y hay además una cueva en Cantabria, llamada La Garma, que no puedo dejar de mencionar porque, aunque no está abierta al público, nos transporta directamente al mundo del paleolítico. Su entrada se cerró en aquel entonces y ha llegado hasta nosotros intacta, con sus suelos cubiertos de restos de comida y de instrumentos, sus estructuras de habitación y sus paredes espléndidamente pintadas. El tiempo se ha detenido en La Garma.
Hace unos diez mil años terminó la glaciación, y entonces el paisaje empezó a poblarse de árboles, salvo en las montañas más altas, y adquirió su fisonomía actual. O mejor, la que tenía antes de que los primeros agricultores y ganaderos empezaran a abrir, pocos milenios después, claros en los bosques para sus cultivos y sus animales domésticos. Los últimos cazadores y recolectores explotaban todos los recursos disponibles, tanto marinos como terrestres. Ésa fue la época en la que la naturaleza salvaje proporcionó más calorías a los seres humanos.
La adopción de la economía de producción, agrícola y ganadera, se fue abriendo paso en la Península, y cada vez eran menos los que vivían exclusivamente de la caza y de la recolección. El rendimiento del terreno, naturalmente en términos de calorías para los humanos, era mayor con la agricultura y la ganadería, y por eso las sociedades con economía productiva se fueron haciendo más y más numerosas. Seguramente hubo conflictos entre unos y otros, y éste es otro tema precioso de la prehistoria ibérica. De esa época en la que se iba extendiendo la nueva economía, y desaparecía la vieja, son las famosas pinturas del llamado Arte Levantino, que se encuentran en gran parte del litoral mediterráneo y profundizan mucho hacia el interior peninsular. Un espléndido conjunto, muy digno de visitarse con calma, es el del barranco de la Valltorta, en Tirig, Castellón, pero hay otros muchos. Son pinturas bellísimas realizadas en abrigos, muy diferentes del arte de la época de la glaciación. Aparecen en ellas arqueros y danzantes, escenas de caza y de recolección. La prehistoria no termina con ellas, pero tal vez sea éste de los últimos cazadores un buen momento de poner el punto final a nuestro viaje por la Iberia auténticamente salvaje.

CODA: Durante los meses de Junio y Julio del año 2007 se encontró una mandíbula en el yacimiento de la Sima del Elefante (Atapuerca) que se aproxima al millón y medio de años.

LA IBERIA PREHISTÓRICA. Por Juan Luis Arsuaga.

Jueves 30 de Abril, 2009. Publicado en El País Semanal

martes, 7 de julio de 2015

BARCELONA BAJO LA PROTECCIÓN DE LOS REYES FRANCOS

“Ha placido a nuestra voluntad tomar y conservar benignamente bajo la protección de la inmunidad y el amparo la defensa de los godos o hispanos que habitan en la ciudad de Barcelona, de prestigioso nombre, o en el castillo de Tarrasa, con todos los hispanos que se encuentren en el mismo condado de Barcelona fuera de la ciudad, y auxiliarlos oportunamente en sus necesidades [...].

De ahora en adelante no les sea exigido a las iglesias ni por el conde ni por sus ministros, ningún otro censo, es decir, ni de pastos en sus términos o villas, ni tributos en el condado donde viven, ni cualquier otra restitución.

Y ni él ni sus hombres no sean de ninguna manera juzgados u obligados por ningún conde o ministro con poder judicial excepto por tres acciones criminales, es decir, homicidio, rapto e incendio, pero puedan, según su ley, llevar a término juicios sobre otras cosas, exceptuadas estas tres, y resolver todas las cosas que les afectan, a ellos y a sus hombres, según la propia ley.”

Carlos el Calvo (842)

LA REFORMA AGRARIA PLANTEADA POR LOS ILUSTRADOS

“No tiene duda que, como he dicho, uno de los mayores males que padecemos es la desigual repartición de las tierras y que las más de ellas están en pocas manos; es constante que esto perjudica a la agricultura y al Estado; que lo que conviene es que haya muchos vasallos ricos y bien estantes y no que en pocos se reúnan inmensas fortunas y que este axioma de buena política se acomoda con más propiedad a los labradores que cultivan un terreno inmenso. […] que la demasiada extensión de la labranza previene que las tierras se cultiven mal y que no se cultiven todas, pues el mismo terreno que, puesto en muchas manos, se sembraría todos los años, se estercolaría, se araría bien y, por fin, se escardaría, reducido a uno solo queda en la mayor parte inculto y el que se labre es de un modo imperfecto y defectuoso.”

Informe Olavide sobre la Ley Agraria (1768)

CAPITULACIONES DE SANTA FE (1492)

"Las cosas suplicadas es que Vuestras Altezas dan y otorgan a don Cristóbal de Colón, en alguna satisfacción de lo que ha descubierto en las Mares Océanos y del viaje que ahora, con el ayuda de Dios, ha de hacer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que se siguen.
Primera mente que Vuestras Altezas como Señores que son de las dichas Mares Océanos hacen desde ahora al dicho don Cristóbal Colón su almirante en todas aquellas islas y tierras firmes que por su mano o industria se descubrirán o ganarán en las dichas Mares Océanos para durante su vida, y después del muerto, a sus herederos y sucesores de uno en otro perpetuamente con todas aquellas preeminencias y prerrogativas pertenecientes al tal oficio, y segundo que don Alfonso Enríquez, Almirante Mayor de Castilla, y los otros sus predecesores en el dicho oficio, lo tenían en sus distritos. 
Otro sí que Vuestras Altezas hacen al dicho Cristóbal su Virrey y Gobernador General en todas las dichas tierras firmes e Islas que como dicho es él descubriere o ganare en las dichas mares [...].
Item que de todas y cualesquiera mercadurías, sean perlas, piedras preciosas, oro, plata, especiería, y otras cualesquiera cosas y mercadurías de cualquiera especie, nombre y manera que sean, que se compraren, trocaren, hallaren, ganaren y hubieren dentro en los límites de dicho Almirantazgo, que desde ahora Vuestras Altezas hacen merced al dicho don Cristóbal y quieren que haya y lleve para sí la decena parte de todo ello quitadas las costas todas que se hicieren en ello por manera que de lo que quedare limpio y libre, haya y tome la dicha décima parte para sí mismo, y haga ello a su voluntad, quedando las otras nueve partes para Vuestras Altezas. Place a Sus Altezas.

Yo el Rey. Yo la Reina. Por mandato del Rey y de la Reina. Juan de Coloma. »
(Capitulaciones de Santa Fe, 17 de abril de 1492, Archivo General de Indias, adaptado)

lunes, 6 de julio de 2015

DECRETOS DE NUEVA PLANTA DE CATALUÑA (1716)

"[...] Habiendo precedido madura deliberación y consulta de Ministros de mi mayor confianza, he resuelto que en el referido Principado se forme una Audiencia, en la cual presida el Capitán General o Comandante General de mis Armas, de manera que los despachos, después de empezar con mi dictado, prosigan en su nombre [...].
4. Las causas en la Real Audiencia se sustanciarán en lengua castellana [...].
30. Ha de haber en Cataluña Corregidores, y en las ciudades y villas siguientes [se enumeran 12 corregimientos] [...].
37. Todos los demás oficios que había antes en el Principado, temporales, perpetuos, y todos los comunes, no expresados en este mi Real Decreto, quedan suprimidos y extintas [...].
39. Por los inconvenientes que se ha experimentado en los somatens, y juntas de gente armada, mando que no haya tales somatens, ni otras juntas de gente armada, so pena de ser tratados como sediciosos los que concurrieren o intervinieren.
40. Han de cesar las prohibiciones de extranjería porque mi Real Intención es que en mis Reynos las dignidades y honores se confieran recíprocamente a mis vasallos por el mérito, y no por el nacimiento en una u otra provincia de ellos [...].
42. En todo lo demás que no está prevenido en los capítulos antecedentes de este Decreto, mando, se observen las constituciones que antes había en Cataluña [...].
43. Y lo mismo es mi voluntad se ejecute respecto del Consulado de la mar, que ha de permanecer, para que florezca el comercio y logre el mayor beneficio el país.” 

(Establecimiento y nueva planta de la Real Audiencia de Cataluña, Real Decreto de 16 de enero de 1716)

CARTA DE PROTECCIÓN CONCEDIDA POR ABD AL-AZIZ A TEODOMIRO DE ORIHUELA (713)

“En el nombre de Dios, clemente y misericordioso. Escritura de Abd al-Aziz a Tudmir, en virtud de la cual queda convenido y se le jura y promete por Dios y su Profeta que: tanto a él como a cualquiera de los suyos se les dejará en el mismo estado en que se encuentren respecto al dominio libre de sus bienes: no serán matados ni reducidos a esclavitud, ni separados de sus hijos o de sus mujeres, se les permitirá el culto de su religión y no serán incendiadas sus iglesias ni privadas de sus propiedades. Todo ello siempre que observe y cumpla fielmente todo lo que pactamos con él: que librará por capitulación las ciudades de Orihuela, Villena, Mula, Alicante y Lorca; que no dará hospitalidad a los que huyan de nosotros, ni a los que nos sean hostiles, ni molestará a los que nos sean fieles o estén bajo nuestra protección, ni nos ocultará las noticias que tenga de nuestros enemigos; y que él y los suyos pagarán cada año un denario, cuatro admuds de trigo, cuatro de cebada, cuatro de vino, cuatro de vinagre, dos de miel y dos de aceite”

sábado, 4 de julio de 2015

HISTORIA DE ESPAÑA. TEXTO HISTÓRICO

"En Occidente, casi toda Hispania estaba pacificada, a excepción de la parte que toca las últimas estribaciones de los Pirineos y que baña el océano Citerior. En esta región vivían pueblos valerosísimos, los cántabros y los astures, que no estaban sometidos al Imperio. Fueron los cántabros los primeros que demostraron un ánimo de rebelión mas resuelto, duro y pertinaz. No se contentaron con defender su libertad, sino que intentaron subyugar a sus vecinos los vacceos, turmogos y autrigones a quienes fatigaban con frecuentes incursiones. Teniendo noticias de que su levantamiento iba a mayores, Cesar no envió una expedición, sino que se encargó el mismo de ella. Se presentó en persona en Segisama e instaló allí su campamento. Luego dividió al ejército en tres partes e hizo rodear toda Cantabria, encerrando a este pueblo feroz en una especie de red, como se hace con las fieras [...].
Los astures por ese tiempo descendieron de sus nevadas montañas con un gran ejército [...] y se prepararon a atacar simultáneamente los tres campamentos romanos. La lucha contra un enemigo tan fuerte, que se presentó tan de repente y con planes tan bien preparados, hubiera sido dudosa, cruenta y ciertamente una gran carnicería, si no hubieran hecho traición los brigicinos [...]. Estas luchas fueron el final de las campañas de Augusto y el fin de la revuelta de Hispania. Desde entonces sus habitantes fueron fieles al Imperio y hubo una paz eterna, ya por el ánimo de los habitantes que se mostraban más incitados a la paz, ya por las medidas de Cesar quien, temeroso del refugio seguro que les ofrecían las montanas, les obligó a vivir y a cultivar el terreno de su campamento, que estaba situado en la llanura. Allí debían tener la asamblea de su nación y aquella debía ser su capital.
La naturaleza de la región favorecía estos planes, ya que toda ella es una tierra aurífera y rica en bórax, minio y otros colorantes. Allí les ordenó cultivar el suelo. Así, los astures, trabajando la tierra, comenzaron a conocer sus propios recursos y riquezas mientras las buscaban para otros".

Floro, Compendio de la Historia de Tito Livio XXIII, 46 y ss.

HISTORIA DE ESPAÑA. TEXTO HISTÓRICO

TRABAJAR LOS TEXTOS HISTÓRICOS ES UNA BUENA FORMA DE CONOCER EN PROFUNDIDAD LA HISTORIA.

“No mucho después cuantos escaparon a la perfidia de Lúpulo y Galba, reunidos hasta 10.000, invadieron la Turdetania. Contra estos se dirigió Cayo Vetillo, llegado de Roma con algunas tropas nuevas, a las que juntó las que ya había en Hispania, en conjunto unos 10.000. Sorprendiéndoles en sus correrías, mató a muchos y obligó a los restantes a refugiarse en un lugar; situación difícil, pues, quedándose allí, sucumbirían al hambre, y si salían, a los romanos. En vista de lo cual enviaron una legación con ramos de olivo a Vetillo, solicitando de él tierras para establecerse, prometiendo de aquí en adelante mantenerse obedientes al pueblo romano. Vetillo prometió darles tierras y se disponía a formalizar el pacto cuando Viriato, que había escapado de la crueldad de Galba y se hallaba entre ellos, los puso en guardia contra la perfidia de los romanos, recordándoles cuántas veces les habían atacado faltando a sus juramentos y cómo aquel ejército no era otra cosa que los restos escapados de los perjurios de Galba y Lúpulo, diciéndoles que no desesperasen de escapar de aquella situación, si querían obedecerle. movidos todos y animados por estas palabras, eligieron jefe a Viriato. Este colocó a todos los hombres de frente, como en disposición de combate, ordenando que, al montar él en su caballo, se dispersasen por muchas partes y huyesen del modo que pudiesen y por diversos caminos hasta la ciudad de Tribola, y que allí le esperasen. Seleccionando, por otra parte, un millar de hombres, les hace quedarse junto a él; dispuestas así las cosas, Viriato montó a caballo y todos se dieron a la fuga. Vetillo, no atreviéndose a seguir a los que huían en dispersión, volviese contra Viriato que permanecía en guardia y atento a los acontecimientos y entabló combate con él. pero Viriato, con sus velocísimos caballos, pasó todo aquel día y el siguiente corriendo por la llanura, ora hostigándole, ora replegándose, haciéndole frente de nuevo y atacándole. Pero cuando hubo calculado que los demás se encontraban ya a salvo, saliendo, al abrigo de la noche, por caminos escondidos y valiéndose de la ligereza de sus caballos, llegó a la ciudad de Tribola sin que los romanos pudiesen seguirle por el peso de sus armas, el desconocimiento del terreno y la desigualdad de sus caballos.”

APIANO: Historia romana. Sobre Iberia, 61-62

jueves, 2 de julio de 2015

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Bienvenidos a mi blog de MATERIALES DIGITALES para Ciencias Sociales de la ESO, y Geografía, Historia e Historia del Arte de Bachillerato. Un recurso didáctico y pedagógico pensado para mis alumnos de secundaria y bachillerato, pero abierto a cualquiera persona que crea que puede serle de utilidad para aprender y enseñar Ciencias Sociales.

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